miércoles, 17 de octubre de 2012

Laberinto sin resolver...

Realmente, no se como empezar esto que escribo ahora.
Tenía tantas cosas en la cabeza y ahora solo algunas pocas.

Era tan simple como una respuesta.
Mi mente tiene una cuestión menos.

Pero gracias a esa respuesta
mi corazón ya no tiembla.

A veces la mente te juega un partido confuso.
Te resuelve un laberinto, pero no para llegar a la salida,
sino para volver a la entrada.

Siento que avancé muchos pasos hoy.
Realmente me siento bien, sin dudas
o con algunas menores.

¿Qué sería de la vida de un hombre sin cuestiones?
Nada, simplemente, nada.


Que sensación tan linda la del alivio...
Es la misma sensación que siento
cada vez que estoy con vos
escuchándote, escuchándome.
Juntos, sin nadie más, escuchando sólo
nuestras voces.

Simplemente, estoy sin palabras...
La respuesta que me diste hoy
me terminó de completar.






"Gracias, gracias por haber
hecho de mi vida un laberinto sin resolver
pero que da gusto tratar de resolverlo."